Mundialmente, tres de cada diez votantes lo hacen de manera
automatizada. Y a la par con la tendencia, en Latinoamérica sigue creciendo el
número de países que le apuesta al voto electrónico como fórmula ideal para blindar
sus democracias
Más de 1.100 millones de personas voten electrónicamente |
Los sistemas
electorales evolucionan, pero el objetivo siempre es el mismo: resultados
confiables, legítimos y auditables. Y en esa búsqueda permanente de mejores
alternativas, el voto electrónico se ha consolidado como el camino idóneo para
garantizar la transparencia de las elecciones. No en vano, esta tecnología es
la que hoy en día permite que más de 1.100 millones de personas voten por sus
gobernantes. Es decir, un 35,5% de los votantes del mundo. Y frente al método
tradicional, sus buenos resultados en muchas y diversas latitudes hacen que continúe
en aumento el número de gobiernos interesados en implementar dichas soluciones
electorales.
En ese
contexto, Latinoamérica no es la excepción. Incluso, figura como una de las
regiones con mayor necesidad de apoyo tecnológico para proteger sus sistemas
democráticos y por ello, avanza hacia la adopción del voto electrónico en lugar
de las metodologías tradicionales y sus esperadas ineficiencias y
vulnerabilidades.
Radiografía de la región
El caso más
avanzado lo protagoniza Brasil, nación pionera en su implementación (en 1996) y
donde el nuevo sistema llega a la totalidad del electorado desde el año 2000.
Ahora la nueva cruzada carioca apunta a la implementación de la autenticación
biométrica del elector, la cual deberá llegar al 100% de votantes en 2018.
En segundo
lugar está Venezuela, que aunque utilizó escáneres para el escrutinio de los
votos en 1998, fue sólo a partir de 2003 cuando inició el proceso de
automatización total. En 2004 el país hizo el primer referendo revocatorio en
el mundo contra un Presidente, siendo también la primera elección nacional con
máquinas de votación que imprimían comprobante de voto. Y en 2012 realizó la
primera elección nacional en todo el mundo con autenticación biométrica del
elector y la posterior activación de la máquina de votación.
El propio ex
presidente de Estados Unidos, Jimmy Carter, líder y fundador del Centro Carter,
dijo el año pasado que de los 92 procesos electorales que él ha monitoreado,
“el venezolano cuenta con el mejor sistema del mundo”.
En un nivel
intermedio figuran países como México, Argentina y Paraguay. En el caso mexicano,
aunque en la ley no está incluido el voto electrónico, cada estado es libre y
soberano y por tanto, en Jalisco, Nueva León, Coahuila y el DF han podido tener
experiencias incipientes de votación electrónica. Incluso, el Instituto Federal
Electoral (IFE) implementó el voto por internet para mexicanos residenciados en
el exterior en las pasadas elecciones presidenciales. Lamentablemente esta
experiencia no tuvo resultados positivos, sobre todo por el alto costo que
representó el voto de cada mexicano residenciado en el exterior.
Algo similar
ocurre en Argentina, que por ser una
República Federal permite que cada estado decida cuál plataforma de votación
utilizar. Por ahora sólo las provincias de Buenos Aires, Salta, Tierra del
Fuego y Mendoza han aprobado legislaciones que les permiten utilizar voto
electrónico, y lo han venido haciendo cada una con el sistema que considera más
apropiado.
Paraguay tuvo
su primera experiencia en las elecciones municipales del año 2001,
representando apenas el 1,56% del padrón electoral. El éxito de esta
experiencia llevó a que las autoridades decidieran abarcar al 53% del electorado,
utilizando la urna brasileña. Es así que para las elecciones municipales de
2006 el Tribunal Superior de Justicia Electoral resolvió implementar el sistema
mixto de votación, de los cuales, en 21 distritos se utilizó 100% voto
electrónico; en 7 distritos se utilizó 100% voto convencional y en los demás
distritos el porcentual de 50% y 50% en ambos métodos de votación. Sin embargo,
en las últimas elecciones generales realizadas en Paraguay, se volvió a
utilizar el voto manual debido a los cuestionamientos que se hicieron a las
urnas brasileras que no imprimen comprobantes de voto. Actualmente, hay un
debate fuerte para implementar el voto electrónico con máquinas que impriman
comprobante de voto, como las usadas en Venezuela.
En Colombia, a
pesar de ser uno de los pocos en Latinoamérica que ya tiene una ley que obliga
a implementar voto electrónico en las elecciones, se ha retrasado su
implementación. No obstante, han realizado pilotos importantes y algunos hasta
vinculantes para probar los diferentes sistemas existentes en el mercado. Hace
4 años, el país inició el proceso de identificación biométrica de ciudadanos durante
procesos electorales y para este mismo año 2013 se espera que la Registraduría
realice una prueba piloto, donde se evaluarán tres diferentes sistemas
automatizados de votación.
La región
también registra experiencias con voto electrónico en países como Ecuador,
Perú, Chile y Panamá, donde el tema se debate e incluso -en algunas partes- ya
se registran algunas pruebas piloto. En Ecuador, por ejemplo, la primera
experiencia de voto electrónico se realizó en las elecciones seccionales del
año 2004, con el 1% de las juntas receptoras de votos en cinco provincias del
país. En esa oportunidad se utilizaron también las urnas brasileñas proporcionadas
por la OEA en calidad de préstamo. En Perú, aunque el sufragio todavía se
realiza de forma manual, la Oficina Nacional de Procesos Electorales ha
desarrollado una solución tecnológica propia para emitir el voto
electrónicamente en sus distintas modalidades: presencial y no presencial (o
voto remoto) y ha ejecutado diversas pruebas, ensayos, demostraciones y
elecciones vinculantes en colegios profesionales, organizaciones políticas y en
el ámbito de la sociedad civil, a fin de estar en condiciones de implementar
ambas modalidades en un proceso electoral vinculante de elección local,
regional o nacional.
Por su parte
en Chile, desde mediados de los noventa existe en el Congreso de la República
un proyecto de ley para la implementación del voto electrónico. No obstante, no
se registran experiencias de votación electrónica, salvo en elecciones de
instituciones importantes como la Universidad de Chile y la Corporación
Nacional de Desarrollo Indígena, donde se han podido recoger opiniones
favorables al voto electrónico, impulsando de esta manera la discusión sobre su
aplicación en elecciones de autoridades.
Países de Centroamérica,
como Honduras y El Salvador han realizado ferias electorales y han consultado a
organismos como la OEA y al IFES (International Foundation for Electoral
Systems) para que los ayuden a tomar decisiones acertadas en cuanto a la
automatización de sus elecciones. En Honduras están debatiendo entre la
implementación del voto electrónico, incluso agregando el registro y autenticación
biométrica del elector. Costa Rica también ha celebrado pilotos desde el año
2002.
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